Situada en el corazón de Provenza, al pie de la montaña Sainte-Victoire, en el sudeste de Francia, Aix-en-Provence fue fundada por los romanos en el año 122 a.C. con el nombre de Aquae Sextiae. Es una ciudad termal desde la antigüedad, embellecida con más de veinte fuentes y ruinas termales.

Capital de Provenza en el siglo XV, comerciantes y personas notables hicieron de esta ciudad la Florencia provenzal. Las residencias burguesas, las floridas plazas, los peculiares hoteles y los característicos callejones nos transportan a la Provenza noble de los siglos XVII y XVIII.
Las auténticas bastidas provenzales, los verdaderos jardines al estilo francés, los cipreses y los olivos convierten el campo de Aix-en-Provence en una pequeña Toscana. Como si de un museo a cielo abierto se tratase, Aix-en-Provence posee la etiqueta de «ciudad de arte y de historia». Numerosos museos marcan el ritmo del dédalo de calles aglomeradas que contribuyen a la reputación de la ciudad como son el museo Granet, el museo de tapices y el museo del antiguo Aix.

Durante este viaje, descubrirán la Provenza «Eterna»; una Provenza de la que no se conoce tanto su denso patrimonio histórico, arqueológico, biológico y geológico. Entre Aix-en-Provence y Marsella, pasando por Forcalquier y Cassis durante 7 días, tendrán la ocasión de deambular por ciudades genuinas, relajarse a lo largo de la sucesión de paseos en barco o bajo los pinos, siguiendo los pasos de Cézanne donde los patrones y los senderos saciarán todos sus deseos y sus sueños de exotismo cultural en estos extraordinarios bosques patrimoniales.